Madeleine McCann
Todas las pistas tras el rastro de Madeleine McCann: restos óseos, un CD y un sospechoso con antecedentes de abuso sexual infantil
Después de 18 años de investigación, las autoridades podrían estar más cerca que nunca de resolver el caso.

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La desaparición de Madeleine McCann sigue siendo uno de los mayores misterios sin resolver después de 18 años de investigación. Este 2025, un nuevo operativo policial ha reabierto la esperanza de poder esclarecer finalmente los hechos.
La desaparición
Madeleine Beth McCann desapareció la noche del 3 de mayo de 2007, cuando tenía casi cuatro años, mientras dormía junto a sus hermanos mellizos en el apartamento 5A del complejo turístico Ocean Club en Praia da Luz, Portugal. Sus padres, Gerry y Kate McCann, cenaban con amigos en un restaurante del mismo complejo a unos 50 metros.
Alrededor de las 22:00 horas, Kate descubrió que Madeleine no estaba en la habitación. A partir de ese momento, comenzó la búsqueda que rápidamente captó la atención internacional.
A pesar de los esfuerzos iniciales, la pequeña nunca fue encontrada y, a lo largo de los años, surgieron múltiples teorías, sospechas y líneas de investigación, pero ninguna concluyente.
Los primeros años
En los primeros meses tras la desaparición, la policía portuguesa, la Polícia Judiciária, fue duramente criticada por su gestión del caso. No se cerró la escena del crimen a tiempo, no se tomaron huellas adecuadas, y se permitió que demasiadas personas entrasen y salieran del apartamento.
Durante el verano de 2007, los propios padres de Madeleine llegaron a ser considerados sospechosos formales por las autoridades lusas, una hipótesis que se sustentaba en análisis forenses que detectaron posibles restos de sangre en el maletero de un coche alquilado por los McCann semanas después. Sin embargo, las pruebas fueron insuficientes y en 2008 fueron finalmente exonerados.
Una investigación internacional sin resultados
Desde entonces, el caso ha estado marcado por investigaciones paralelas y a veces contradictorias entre las policías de Portugal, Reino Unido y Alemania. En 2011, la policía británica lanzó la llamada 'Operación Grange', con más de 13 millones de euros invertidos por el Gobierno del Reino Unido. A pesar del despliegue, no se logró ningún hallazgo decisivo.
Con el paso del tiempo, se analizaron miles de pistas y se investigaron supuestos avistamientos en varios países, pero ninguno aportó datos verificables. El caso parecía irresoluble, hasta que en junio de 2020 se anunció la identificación de un sospechoso en Alemania.
El principal sospechoso
En 2020, la Fiscalía de Braunschweig reveló que investigaba a Christian Brückner, un ciudadano alemán con antecedentes de abuso sexual infantil y otros delitos graves. Brückner vivió entre 1995 y 2007 en el Algarve portugués, a escasos kilómetros de donde desapareció Madeleine.
En el momento de su identificación como sospechoso, Brückner ya se encontraba en prisión por una condena de tráfico de drogas y violación a una mujer de 72 años en Praia da Luz, en 2005. Desde entonces, su figura ha estado en el centro de la investigación, aunque sin que se hayan presentado cargos formales relacionados con el caso McCann.
La nueva operación en 2025
Entre el 2 y el 6 de junio de 2025, la Policía Judicial portuguesa, en colaboración con agentes alemanes y británicos, ejecutó una nueva fase de búsqueda en los alrededores de Lagos, muy cerca de donde vivía Brückner. La operación se llevó a cabo bajo el marco de la Decisión Europea de Investigación (DEI), a petición de la fiscalía alemana.
Se registraron varias propiedades abandonadas, pozos y terrenos, utilizando tecnología avanzada como georadares, drones e imágenes satelitales históricas. Uno de los elementos clave fue la desaparición de una carpa blanca detectada en fotografías aéreas tomadas semanas después de la desaparición de Madeleine, ubicada en una antigua cabaña que Brückner habría frecuentado.
Durante los trabajos se encontraron fragmentos de ropa y restos óseos, aunque, según las primeras observaciones, la mayoría pertenecerían a animales. Sin embargo, las muestras han sido enviadas a laboratorios especializados en Alemania para determinar si pueden estar relacionadas con Madeleine o con algún otro delito.
Otras teorías y revelaciones
En paralelo, ha cobrado fuerza una nueva línea de investigación que apunta a un posible accidente la noche de la desaparición. Esta teoría plantea que Madeleine pudo haber sido atropellada accidentalmente por una mujer y que, en un intento de ocultar el hecho, su cuerpo habría sido arrojado al mar. Esta hipótesis, surgida de testimonios indirectos, está siendo analizada por la policía, aunque todavía no hay pruebas materiales que la respalden.
Además, un antiguo compañero de piso de Brückner declaró recientemente que el sospechoso le habría pedido ayuda para deshacerse de pruebas. Este testimonio, aunque sin fecha exacta, ha sido incluido en la nueva batería de evidencias que analiza la fiscalía alemana.
Un reloj judicial en marcha
Christian Brückner cumple actualmente una condena en Alemania, pero podría quedar en libertad condicional a partir de septiembre de 2025 si no se presentan nuevos cargos. Esta situación ha acelerado la búsqueda de pruebas que permitan una acusación formal antes de que abandone la prisión.
Hasta la fecha, no existe una "prueba de oro" que vincule de forma irrefutable a Brückner con la desaparición de Madeleine. Sin embargo, las autoridades alemanas insisten en que cuentan con elementos "graves y coherentes" que justifican su consideración como principal sospechoso.
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